La Voz del Desempleado
"Otro día más buscando empleo, cada
día son más las personas en este país que se encuentran en búsqueda de un
trabajo digno donde puedan progresar como personas y profesionales y que además
les permita mantener a sus familias; no sé la cantidad exacta pero estoy segura
que son muchos más de lo que afirman las cifras del gobierno".
Finalmente, ¿Dónde queda la meritocracia? ¿Por qué no acabar con los carruseles de contratación? ¿Por qué en este país no se reglamenta la selección de personal en empresas públicas como privadas? ¿Por qué no darle la misma oportunidad a todos, sin desmeritar a nadie? Posiblemente seríamos un mejor país… Tomado de:
Desde la ciudad de Valledupar un escritor
anónimo publicó en una reconocida Página web de anuncios el día Sábado 20 de
Agosto de 2011, un artículo que hace referencia quizá a una realidad que afronta
día a día el profesional que debe enfrentarse a la tarea de lograr un empleo en
el competido mundo laboral, una vez ha terminado sus estudios. El escrito decía así:

Son muchos los profesionales que
al terminar sus estudios no pueden lograr un empleo de manera rápida y mucho
menos cuentan con el capital para iniciar su propia empresa, de igual forma
deben subsistir por eso terminan trabajando en oficios poco remunerados, no
calificados y para el cual no se prepararon. Esto es muy común, por lo tanto
muchos jóvenes bachilleres se desaniman y lo toman de ejemplo o excusa para no
seguir con sus estudios.
Para su progreso, este país
necesita de personas bien preparadas con ganas de trabajar y superarse, pero a
pesar de que la educación pública no es la mejor, es muy difícil que un
estudiante de bajos recursos aspire a cursar una carrera profesional porque los
gastos no lo permiten; sin embargo, aquellos que con préstamos y muchos
sacrificios lo consiguen, al graduarse terminan subvalorados por las empresas
que al ver que vienen de universidades públicas y no cursaron especializaciones
o maestrías no se les tiene en cuenta para una posible vacante.
Pero… ¿qué se debe hacer en este
país y sobretodo en esta ciudad para conseguir empleo? Porque está más que claro que no sólo se debe
estar preparado, se debe contar con las mejores recomendaciones, obviamente de
personas muy allegadas a los directivos, socios o propietarios de la empresa en
particular, cómo se diría aquí en la Costa, una “palanca”.
Por eso es que los mejores cargos
terminan en manos de hijos de los de siempre, porque además de que pudieron
estudiar en una mejor universidad y a lo mejor seguir con estudios de posgrado,
fácilmente el primo, el tío, el amigo o el vecino; vienen siendo el gerente, el
jefe de personal, el psicólogo de selección, etc., mientras que el profesional estrato bajo si lo llegan a tener
en cuenta, sólo sería para cargos auxiliares a pesar de tener el mismo título
de formación.
No se desmerita la importancia
que tiene para una empresa los cargos auxiliares, ni tampoco la posibilidad de
que un profesional recién graduado labore en uno de estos cargos, sólo se
pretende resaltar el hecho de que si en una empresa hay una vacante se tengan
en cuenta todos los postulados sin que prevalezcan las influencias.
También cabe resaltar que el
manejo de las plazas de empleo en las empresas no es totalmente abierto al
público, ya que cuando se presenta una vacante, se trata como secreto de
estado, nadie sabe nada y en el momento
menos pensado… ya está el remplazo. En esta ciudad, tal vez por falta de
cultura empresarial, la utilización de bolsas de empleo todavía no se aplica
con igual uniformidad que en otras urbes, desconociendo los beneficios que
podrían obtener al convocar mayor cantidad de aspirantes.
Finalmente, ¿Dónde queda la meritocracia? ¿Por qué no acabar con los carruseles de contratación? ¿Por qué en este país no se reglamenta la selección de personal en empresas públicas como privadas? ¿Por qué no darle la misma oportunidad a todos, sin desmeritar a nadie? Posiblemente seríamos un mejor país… Tomado de:
Pensamos que no es la primera ni
última opinión que
se de acerca de este tema, actualmente el acceso a la educación ha mejorado ostensiblemente
en comparación a otras décadas. A pesar del déficit de cobertura en cuanto a
educación superior para aquellos menos afortunados, existen diversos programas,
becas y oportunidades que han ido aumentando las posibilidades de acceso a la
educación Superior. La cuestión es si éste auge está siendo congruente con
iguales oportunidades laborales y de acceso al mundo laboral, séase como
empleado, independiente o emprendedor para aquellos que visionan oportunidades
de negocio. La respuesta no deja más que una estela oscura y vaga al respecto,
donde se sospecha que la balanza en esta ocasión se inclina en contra de
aquellas personas que en base a esfuerzo se han construido una profesión y lo
que sólo esperan es poner en práctica sus conocimientos.
Sin más mecanismos que su deseo
de trabajar, aprender, crecer y emprender muchas personas son ignoradas en un
trabajo por diversas razones o excusas por parte de las empresas. O simplemente
por que una mayoría (no todos) de los que seleccionan o se encargan de la
contratación, aún no desarrollan esa sensibilidad humana que ante una realidad
social como la nuestra se necesita: Y es la de dar la oportunidad a aquellos
que por sus competencias, capacidad humana y deseo de cambio la merecen. Aquellos
que sin más influencias que su deseo de progreso, sin más palancas que su
honestidad profesionalismo y nobleza, sin más picardía que su propia
naturaleza humana, si más nombre que el que llevan en su frente, construido día
a día a través del sacrificio; hoy se
postulan a una nueva vacante esperando que esta si sea la oportunidad.